Cómo conseguir chicas

Justo estos días estaba pensando que debería salir un poco. Bañarme, vestirme bien, peinarme, odorizarme y salir a dar una vuelta o sentarme en un café del centro con el plan de conocer a alguien que llene de luz mi vida. Lo he intentado algunas veces, pero termino dando una vuelta, muy de paso, medio rápida, y a casa, a encerrarme de nuevo. No me da la cara para estar ahí. O no me da el orgullo para ponerme "de oferta". Además, me sentaria ahí ¿y después qué?

Me encontré un video en Internet que da unas lecciones al respecto de cómo comportarse cuando uno va a un bar y se encuentra con una dama que también está sola. De los tres ejemplos que pone como desaconsejables, yo he transitado casi siempre por el primer caso, y alguna vez -ya borracho- por alguno de los otros. Ninguno, como se ve en el vido, han generado algún resultado positivo y a la mayoría de las situaciones, mejor olvidarlas.

Va el video, a ver qué piensan.


Cómo ligar con alguien en  un bar en Practicopedia

Esta noche volveré a llorar?

Nunca lo sé o no lo quiero saber. Pero ya debería sentirlo. Son esas noches que se estiran, que se multiplican en ruidos, en voces, en cualquier cosa que no deje lugar al silencio, al pensamiento. Son esas noches en las que voy a llorar.

Cuando ya me caigo dormido sobre la mesa, cuando no queda más nada para comer, nada para ver, para buscar, se viene ese momento en el que no tengo más alternativa que encontrarme con mi mismo, con mi presente. Y pensar en lo que no tengo, en lo que dejo de vivir todos los días por ser así. Y ahí, invevitablemente, lloro.

Siempre me viene a la cabeza pensar cómo puede ser que todavía llore. Que las lágrimas no se me sequen. Lloro mudamente.

Ese momento de llanto debería estar ocupado por una risa. Una risa mía o de alguien más. Pero una risa, una caricia al menos que me saque de esta vida. Tengo que salir.

A veces si, a veces no

A veces tengo ganas de escribir algo nuevo acá, pero otras no. Y otras no porque nada se me ocurre. Parece que mi desgano por hacer un esfuerzo en salir de esta putrefacta soledad es mayor todavía que la conciencia de lo que me pasa.
En el último mes he comenzado a pensar más frecuentemente en mi futuro. Pero no con esperanza sino ya con temor. Un tipo solo, con un presente endeble, con pérdida de sociabilidad galopantes, que ya casi no se junta con gente y ni siquiera chatea ni nada. Está claro que así, ni el gato se va a quedar al lado mío.
Cuando voy de paso por el centro y me miro reflejado en una vidriera, noto casi alarmado un adelante de mi vejez. Con mi cuerpo incómodo y pesado me veo pasar panzón, deslineado y mal peinado. Cada vez más pobre y con menos sonrisas. Pienso en quién se interesaría en acercarse a alguien así. Tal vez desde una situación peor que la mía se podría poner uno ojo en lo que soy.
No he tomado la costumbre de cuidarme. Sólo llevo de arrastre lo que la naturaleza me dio. Debo decir que me ha rendido sobradamente. Más de tres décadas de vida quedándome con las sobras de un par de genes afortunados.
Pero todo cambia y perece. Lo veo transformarse en mi entorno. Lo que antes era provisorio, ahora se está afirmando. Mi futuro llegó y es tal cual lo temía.

Esta lastimosa descripción debería tener otro cierre. Al fin y al cabo, este blog supuestamente lo abrí para dar con la puerta que me lleve a otra vida, no a esta en la que he caído. Debo admitir, acá entre nosotros, que no tengo buena madera. De más está que lo explique. Aun sin que nadie me conozca, cada frase que escribo deja bien entendido lo que soy.

No fue un escrito de lo mejor. Es lo que me salió hoy. Otro día veremos.

Último recurso

Es viernes. La gran oportunidad de salir a "cazar" alguien por ahí. Eso hace la gente que está sola cuando quiere dejar de estarlo. Al menos por un rato. Pienso en pegarme una ducha y salir a la noche. Pero no me da. No me da el cuerpo, no me da la cabeza ni el ánimo.

Está claro que esa nunca fue mi vía de acercarme a alguien. Menos ahora, que me he vuelto más uraño. Lo peor de todo es que me estoy acotumbrando, muy a mi pesar, a estar así. Y ya casi no me duele ni me agustia. O al menos dejo que pase y listo.

Pero si no salgo, ni tengo ganas, ni me interesa, no me queda otra.

Menos mal que hice este blog. Aunque perdido en el medio de este Universo de Internet, es el último recurso que me queda para encontra alguien con quien estar.

Deprimente. Lo sé. Alguien sabrá entender. Yo sigo esperando el milagro.

El propósito

El propóstito de este blog -por si no quedó claro en el post anterior- es encontrar a alguien a quien amar. Para eso lo armé.

Noches eternas sentado frente a la pantalla del monitor esperando un contacto, algo que me saque de esta somnoliencia. Y nada.

Más tiempo paso "conectado" al mundo, más solo me voy quedando.

Aún así, sólo se me ocurre hacer este blog con la remota esperanza de que sea una puerta para mi segunda vida, la que quiero empezar a vivir desde ahora. Una vida de a dos, compartida. Vivida.

Por eso estoy aquí.

Deseo dejar de ser este blog

Este blog contiene el deseo de dejar de ser, dejar de tener sentido. Romper con su propósito lo antes posible.

Estoy harto de mi soledad. De volver a casa y que no haya nadie. De no tener motivos para acomodar y limpiar las cosas. Si total soy solamente yo, y nadie más que yo el que anda a los tropiezos.

Las voces de los otros son cada vez más extrañas. Me encierro y me aislo cada vez más.

Ya pasé los 35. Dejé atrás una historia que hoy me podría dar justamente lo que me falta. Pero hace poco pensé por primera vez en intentar darme otra oportunidad en la vida. Quiero alguien a quien amar. Una mujer en la cual pensar cuando me despierto, cuando camino y cuando me acuesto.

¿Será posible?